La Asociación de Productores del Tomate consigue la marca colectiva
Las marcas colectivas se definen comúnmente como signos que permiten distinguir el origen geográfico, el material, el modo de fabricación u otras características comunes de los bienes y servicios de las distintas empresas que utilizan la marca colectiva. Su función es informar al público acerca de ciertas características del producto para el que se utiliza dicha marca. Pues bien, la Asociación de Productores del Tomate, conformada por el Ayuntamiento, las cooperativas de Las Nieves, Parque Norte y San Isidro, y la sociedad agraria Frupal, ha conseguido la marca colectiva para el tomate palaciego, algo de lo que ha mostrado gran satisfacción el propio delegado de agricultura, Jesús Condán, ya que supone un paso más para lograr la Indicación Geográfica del producto.
Las marcas colectivas se utilizan a menudo para promocionar productos característicos de una región. En esos casos, la creación de una marca colectiva no sólo ayuda a comercializar estos productos sino que proporciona un marco para la cooperación entre los productores locales. Hasta ahora, el tomate producido en el municipio se ha encontrado indefenso en los mercados porque ha tenido que competir con producciones que utilizaban, para su venta, el reclamo de Los Palacios sin ser éste su origen. Esta circunstancia podrá evitarse legalmente al poseer la marca colectiva.
La creación de una marca colectiva debe acompañarse del desarrollo de ciertas normas y criterios y de una estrategia común. A ello se le llama, reglamento de uso, que habrán de respetar los productores de tomate que quieran acogerse a la marca colectiva.
Durante estos días, la Asociación de Productores del Tomate está trabajando en la confección del reglamento de uso que deberán seguir los agricultores productores de tomate que se acojan a la marca colectiva para empezar a trabajarla lo antes posible en el campo.