El tomate «matías» de Los Palacios triunfa en Europa
Los Palacios y Villafranca tiene en la figura del futbolista Jesús Navas, campeón del mundo y de Europa con la selección española y ganador de seis títulos con el Sevilla y de dos con el Manchester City, a su mejor embajador. No obstante, hay una hortaliza que se siembra en este rincón del Bajo Guadalquivir que no le va a la zaga, el tomate.
El «bombón colorao», como se le conoce popularmente, siempre ha gozado de buena fama en Andalucía por su calidad y sabor, pero desde hace unos años su reconocimiento está traspasando fronteras y va camino de ser casi tan internacional en los mercados como lo es el genial Navas en los mentideros balompédicos.
Gracias al trabajo de campo y a la gestión administrativa de los últimos años de los agricultores palaciegos, este manjar de numerosas propiedades beneficiosas para la salud y que se puede preparar de múltiples maneras (frito, en salsa, crudo, en zumo, gazpacho, salmorejo, etc.) ha sido introducido en todas las ciudades de España y en países como Francia, Portugal y Rumanía. Además, se ha duplicado su producción en la localidad en apenas cuatro años, hasta alcanzar en este 2015 los nueve millones de kilos. Sin duda, atraviesa por el mejor momento de su historia.
Hace más de medio siglo que los «manchoneros» de este municipio sevillano vienen granjeándose una gran reputación entre sus iguales gracias a su tomate, sin duda el producto estrella del amplio abanico de frutas y hortalizas que se cultivan por estos lares, y entre los que también destacan sobremanera la sandía y la uva de mesa.
A pesar de ello, solo se vendía en Sevilla y las provincias vecinas de Cádiz, Huelva o Málaga, y en casos excepcionales en lugares como Ciudad Real, Astorga y Ponferrada. Esta tendencia mercantil más allá de los alrededores se vio lastrada a finales de los años ochenta con el cierre del extinto palenque. Poco a poco y gracias al trabajo, la constancia y una mentalidad cooperativista a prueba de bomba, los pequeños agricultores palaciegos consiguieron rehacerse y sacar a flote la producción.
En esa etapa predominaba el cultivo de las variedades «caruso», «simona», «robin» y «óptima», variedades muy carnosas pero demasiado blandas, además de la clásica «marmande», semilla antigua muy sabrosa que aún sigue vigente gracias a la labor de un agricultor llamado Barea. Para encontrar el punto de inflexión en el despegue definitivo del tomate de Los Palacios hay que remontarse a los años 2005 y 2009, años en los que irrumpen el «genaro» (nombre del hijo del agricultor que introdujo la semilla) y el «matías», respectivamente.
Antonio Escalera, presidente de la Cooperativa Virgen de las Nieves, la cual concentra el 70% de agricultura palaciega, habla de las bondades de ambas variedades: «No hay ningún tomate como el “genaro”, en cuanto a sabor está delicioso, pero tiene muy poco mercado fuera de la provincia porque tiene una piel muy fina, es muy carnoso y para el transporte no es el mejor porque dura poco en condiciones óptimas. El tomate “matías”, en cambio, es el que más se vende con muchísima diferencia. Tiene buen paladar, mucho brillo, muy buena presentación, es muy resistente al nematodo de la tierra y a los hongos, un tamaño ideal para la clientela y tiene la virtud de que cuando se pone rojo sigue igual de duro que cuando se recoge, entonces se puede alargar el transporte todo lo que se quiera. Está teniendo una aceptación buenísima en el mercado. A las amas de casa le dura muchos días en perfecto estado».
Escalera desvela el secreto del éxito por el que todas las variedades tienen un rendimiento superlativo en todos los aspectos: «hay un microclima muy particular con más temperatura en un perímetro muy localizado que incluye parte del término de Utrera que es idóneo para el cultivo , además de muy buenas tierras con mucha agua, y extraordinarios agricultores que saben perfectamente lo que se traen entre manos».
Desde finales de 2012 el tomate palaciego está registrado como «marca nacional colectiva». A partir de ese momento todas las cajas aparecen con un logotipo original y con la denominación «Tomate de Los Palacios».